EnJOY

EnJOY

El primer año de vida de JOY, como el de cualquier otro recién nacido es absolutamente apasionante y repleto de descubrimientos. Empieza a comunicarse, a relacionarse y torpemente a intentar controlar su cuerpo. Nosotros, como padres de la criatura, preocupados por dar nuestro nuestro apoyo y decididos a acompañarle en esta aventura que supone crecer.

 

 

Los primeros días fueron para los tres momentos extraños de incertidumbre, miedos y deseos de acelerar ese ansiado sueño cumplido. Se movía por instinto, siempre buscando la luz, llorando para nuestro desespero a menudo para recordarnos que tenía frío, hambre o calor y decidimos que preferíamos malcriarlo y cogerlo todo lo que pudiéramos en brazos, porque tenerlo así nos conectaba con él y con nuestros anhelos.

 

 

Poco después JOY empezó a sonreír y nosotros con él, cada mirada de curiosidad nos llevaba a un aprendizaje nuevo y nos enseñaba nuevas formas de ver e interpretar el mundo, el suyo y el nuestro. No tardo en girar su cabecita cuando escuchaba ruidos, en quedarse absorto ante el brillo de lo sucedía a su alrededor e intentaba balbucear. Cómo nos emocionábamos cada vez que hablábamos de ti… cómo nos hacías conectar con todo aquello que durante tanto tiempo habíamos imaginado y que ahora contigo cobraba sentido.

 

 

Un día vimos que ya sostenías tu cabecita, al poco se le iba un poco al lado, pero volvías a intentarlo mientras reías y reías… tenías ya tantas ganas de dar pasos que nunca se te pasaba por la cabeza que por tu edad no pudieras hacerlo.

 

 

Nosotros, todavía abrumados por la responsabilidad, te mirábamos orgullosos de esas ganas de comerte el mundo, de rebelarte contra las limitaciones propias de la edad, de no aceptar un no por respuesta y de devolver una sonrisa con una irrefrenable risa mientras nos mirabas intensamente. Nos veíamos reflejados en ti y nos sentíamos y sentimos felices de tenerte con nosotros.

 

 

Y así llegó el día que fue capaz de sentarse solo, de moverse a pesar de las dificultades y de hacerse entender cuando quería expresar sentimientos y emociones ante cualquiera que le muestre interés.

 

 

Finalmente JOY conseguiste ponerte en pie, agarrado de las manos de tus asombrados padres comenzabas a imitarnos, a decir tus primeras palabras y a coger por el camino todo lo que te llamaba la atención, siempre lleno de energía y de pasión por las personas que le rodean.

 

 

Y cuando parecía que el pequeño JOY iba a comenzar a correr llegó el virus, y como a todos los pequeños te tuvimos que cuidar y proteger en casa. Y tú nos enseñaste y recordaste que te sobra confianza, ilusión y pasión para esperar el momento, para seguir aprendiendo y desarrollándote para el momento en que el mundo esté preparado para ti… y cuando eso suceda estaremos a tu lado, como cada uno de tus primeros y apasionantes 365 días.

 

 

Hemos soñado, reído, llorado y sonreído contigo. Hemos visto crecer en ti alas y sobre todo hemos aprendido más de lo que nunca llegamos a imaginar cuando decidimos ir a por ti.

 

 

Eres todavía demasiado pequeño para entender qué significa este primer cumpleaños, pero un día te explicaremos cuánto de importante es y eres para nosotros y de lo maravilloso que es y eres a pesar de todas las dificultades… lo especial que eres y es poder celebrar tu existencia.

 

 

Así que muchas felicidades JOY!

 

 

Y gracias, gracias, gracias… GRACIAS de corazón a todos los que habéis conocido, interesado, jugado, acompañado, aprendido, experimentado, vivido y confiado en JOY. Todos sois parte de esta historia.

 

Y la vida se pone de mi lado y con ella me empiezo a reír.

Y ahora sueño que voy caminando por todas las cosas que faltan vivir y sentir”

Marta, Jorge & JOY